viernes, 9 de diciembre de 2011

Lectura 7. “Teoría del desarrollo capitalista” SWEEZY


INTRODUCCIÓN


La sociedad es algo más que un número de individuos. De hecho, es un número de individuos entre los cuales existen ciertas relaciones más o menos estables. La sociedad dependerá por tanto de cómo sean estas relaciones.

Teniendo esto en cuenta y trasladándonos al ámbito de la economía política, se dice que ésta es una ciencia social. Esto es así porque su campo de producción y distribución depende de los servicios que la gente necesita y desea. De esta manera, la definición de economía que ganaría más adeptos (según el autor) será aquella que la relaciona con el estudio de las causas del bienestar material.

Escogiendo al profesor Robbins como ejemplo, se considera al hombre aislado, y que divide su tiempo entre la producción de un ingreso real y el placer del ocio.
Las generalizaciones de la teoría del valor, dice Robbins, son tan aplicables a la conducta del hombre aislado o a la de la autoridad ejecutiva de una sociedad comunista como a la conducta de un hombre en una sociedad de cambio.

El profesor Robbins no acepta la idea de que la economía política sea una ciencia social, sin embargo no lo niega. Esto lo argumenta  diciendo que el sistema económico no es considerado en términos de relaciones entre hombres y hombres (que es lo que serían las relaciones sociales), sino en términos de relaciones entre hombres y COSAS.

Así mismo sería un error añadir que el economista moderno no tiene ningún interés en las relaciones sociales de producción. Lo que es evidente es que utilizando el aparato conceptual de la teoría económica, se tropieza inevitablemente con las relaciones sociales.

La exposición de la teoría económica es principalmente un proceso de construcción e interrelación de conceptos que han sido despojados de todo contenido social. Pero en la aplicación real el elemento social puede ser (y es) introducido por medio de exposiciones ad hoc.

Para aclarar lo dicho, el autor examina el concepto de “salario”:

-          En el lenguaje corriente significa las cantidades de dinero pagadas, a cortos intervalos, por un patrono a sus obreros.
-          La teoría económica ha redefinido el concepto como el producto imputable a la actividad humana empeñada en un proceso productivo.
En otras palabras, el “salario” se ha convertido en una categoría universal de vida económica.
Se pasa de manera natural y fácil a tratar el salario como “realmente” o “en esencia” la productividad marginal del trabajo y a considerar la relación entre el patrono y el obrero que se expresa en el pago real del salario, como incidental y sin significación alguna.

Es difícil considerar el salario de productividad como, en cierto sentido, el salario razonable bajo un orden equitativo y justo. Se trata en el texto de emplear  la teoría de la productividad como norma de deseabilidad por los críticos del status quo.

Por ejemplo, el profesor Pigou y Mrs Robinson sostienen que el obrero es explotado si recibe por su salario menos que el valor del producto marginal de su trabajo. 
De este modo se critica el sistema económico actual en la medida en que no llega a adaptarse a un patrón hecho de conceptos que carecen totalmente de contenido social.

Se podría hacer un análisis parecido y llegar a resultados muy similares si tuviéramos que examinar otros conceptos de la teoría económica, como renta, interés, ganancia, capital…
En cada caso, los conceptos se toman del lenguaje corriente, se les extrae el contenido social y las categorías universales que resultan se aplican indistintamente a toda clase de sistemas económicos.

1.       EL MÉTODO DE MARX  

a)      “El uso de la abstracción”
Marx era un resuelto partidario del método abstracto-deductivo. En el análisis de las formas económicas, ni el microscopio ni los reactivos químicos son útiles. La fuerza de la abstracción debe reemplazar a uno y a otros.
Marx aceptaba y practicaba lo que los teóricos modernos han llamado el “método de las aproximaciones sucesivas”, que consiste en avanzar paso a paso de lo más abstracto a lo más concreto, eliminando suposiciones simplificantes en las etapas sucesivas de la investigación.
El principio de la abstracción es por sí mismo incapaz de rendir conocimiento. 

Uno siempre debe decidir de qué hacer la abstracción y de qué no hacerla. Surgen 2 cuestiones:
-          ¿Qué problema se examina?
-          ¿Cuáles son los elementos esenciales del problema?
Citando alguno de los problemas que ciertos economistas han planteado para su estudio nos encontramos con:
*”La naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones”àAdam Smith
* “Las leyes que rigen la distribución de los productos de la tierra”à Ricardo
*”Las acciones del hombre en los asuntos ordinarios de la vida”àMarshall
*”Los precios y sus causas y corolarios”àDavenport
*”La conducta humana como relación entre los fines y medios limitados que tienen usos alternativos”àRobbins.

De esto se entiende que no hay dos investigadores que manejen los materiales de la misma forma. Uno puede hacer abstracción de una diferencia que otro esté tratando de explicar, y sin embargo, cada uno puede tener razón desde el punto de vista del problema que estudia. 
Esto es fundamental para entender a Marx, pues su objetivo, “poner al desnudo la ley económica del movimiento de la sociedad moderna”, es radicalmente distinto del de las escuelas de pensamiento no marxista.
Las inclinaciones “radicales” de Marx le permitieron entrar en contacto con problemas sociales reales y también con nuevas ideas sociales, particularmente las ideas socialistas y comunistas.

La principal preocupación de Marx era la sociedad en su conjunto, y muy especialmente el proceso del cambio social. Marx no trataba de reducirlo todo a términos económicos (como se ha dicho muchas veces), sino que más bien intentaba poner al descubierto la verdadera interrelación de los factores económicos y no económicos en el conjunto de la existencia social. 

Una vez alcanzada la conclusión de que la clave del cambio del social se encuentra en los movimientos del modo producción, Marx se dedicó efectivamente a un estudio completo de la economía política, desde el punto de vista de las leyes que rigen los cambios en el modo de producción.
“Poner al desnudo la ley económica del movimiento de la sociedad moderna” vino a ser la meta científica a la que dedicó la mayor parte del resto de su vida.

De esta forma, ¿cómo era posible reconocer los aspectos esenciales del problema? Marx retuvo aquellos elementos del pensamiento de Hegel que hacían énfasis en el proceso y el desarrollo a través del conflicto entre fuerzas opuestas o contradictorias. Y así, en el “Manifiesto Comunista” explicó: “La historia de todas las sociedades que han existido hasta aquí es la historia de las luchas de clase”.

Las fuerzas económicas en acción se manifiestan en conflictos de clase bajo el capitalismo, como bajo las formas anteriores de la sociedad. De aquí se entiende que las relaciones económicas esenciales son aquellas que están debajo y se expresan en forma de conflictos de clase. Y son éstos en definitiva, los elementos esenciales que deben ser aislados y analizados por el método de la abstracción.

Que “el capital es la fuerza que todo lo domina en la sociedad burguesa” significa para Marx que la relación económica principal es la que existe entre capitalistas y obreros. 
Y así lo expresó en otro lugar: la relación entre el trabajo asalariado y el capital determina todo el carácter del modo de producción.
La sociedad se divide cada vez más en dos campos hostiles: burguesía y proletariado. Esta relación debe ser el centro de la investigación, el poder de la abstracción debe ser utilizado para aislarla y ponerla en condiciones de ser cometida al más concienzudo análisis.

Esta actitud requiere un procedimiento que implica dos pasos totalmente distintos:

1.       Todas las relaciones sociales, excepto el capital y el trabajo, hay que suponerlas alejadas provisionalmente.
2.       La relación capital-trabajo también debe reducirse a su forma más importante. En este sentido se refiere a las características y tendencias de toda la sociedad. Capitalistas y obreros son reducidos a ciertos tipos estándar a los que se despoja de toda característica que no tenga que ver con su relación.

¿Cuál es la índole de esta relación capital-trabajo? Se trata en su forma, de una relación de cambio. El capitalista compra fuerza de trabajo al obrero, el obrero recibe del capitalista dinero con el cual adquiere lo necesario para la vida.
Es evidente, que el estudio de la relación capital-trabajo debe comenzar por un análisis del fenómeno general del cambio. Así, llegamos al punto de partida de la Economía Política de Marx.

Todo lo que se destina al cambio más bien que al uso directo, es una mercancía; el análisis de las mercancías implica el análisis de la relación de cambio y su aspecto cuantitativo (el valor del cambio). Algunos de los resultados más interesantes de Marx provienen de la forma de considerar las mercancías.

El propósito legítimo de la abstracción en la ciencia social no es nunca alejarse del mundo real, sino más bien aislar ciertos aspectos del mundo real para fines de investigación intensiva. Se entiende que las tendencias o leyes enunciadas no deben interpretarse como predicciones directas del futuro. Su validez dependerá del nivel de abstracción en el cual han sido derivadas y en la medida de las modificaciones que deban sufrir cuando el análisis se lleve a un nivel más concreto.

Como ejemplo podemos citar la famosa “ley de la miseria creciente del proletariado”, que Marx llamó “ley general absoluta de la acumulación capitalista”. 

Los antimarxistas han afirmado siempre la falsedad de esta ley. La ley en cuestión es deducida en un alto nivel de  abstracción: el término “absoluta” usado para definirla lo es en el sentido hegeliano de “abstracta”. Como todas las demás leyes, añade Marx, es modificada en su operación por muchas circunstancias.

b)      “El carácter histórico del pensamiento de Marx”

Para Marx, la realidad social no es tanto un juego de relaciones determinado y menos una aglomeración de cosas. ES más bien el proceso de cambio inherente a un juego de relaciones determinado. En otras palabras, la realidad social es el proceso histórico, un proceso que no conoce finalidad ni estaciones de parada.

Los sistemas sociales recorren un ciclo de vida y abandonan la escena cuando las formas de desarrollo de las fuerzas productivas se convierten en sus trabas.

Sin embargo, el proceso de cambio social no es puramente mecánico: es más bien el producto de la acción humana, pero una acción que está limitada por la clase de sociedad en que tiene sus raíces.
La aceptación de este punto de vista conduce  a una actitud consecuentemente histórica ante la ciencia social.
“Para el típico pensador moderno, decía Marx, ha habido historia, pero ya no la hay”.

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