“La tasa de intercambio de Israel”
No nos engañemos, siempre ha habido diferencias entre unas
personas y otras. Siempre las ha habido y siempre las habrá.
En la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, ya en 1789, se nos dijo que todos éramos iguales. Iguales ante la
ley e iguales en derechos. Eso sí,
establece un matiz en cuanto a esto: “(…) las distinciones civiles sólo podrán
fundarse en la utilidad pública.”
Han pasado más de 200 años y todavía vivimos en un mundo de distinciones.
Las vemos a diario, y parece no sorprendernos.
Desde luego que mi vida no vale lo mismo (en $) que la vida de
Barack Obama, de la misma forma que mi trasero no vale lo mismo que el de Jennifer
López. ¿Por qué? (Quizá deba replantearme el tema de mi trasero…).
No, en serio, a lo que voy. No somos iguales, vale, aceptamos. ¿Pero vale
la vida de un soldado Israelí el equivalente a 1027 presos palestinos? ¿El
soldado israelí vale mucho o los presos palestinos valen muy poco? Creo que al
soldado israelí, no sé si por el hecho de ser israelí o por el hecho de ser
soldado, le aplican un “IVA” muy alto...
He leído que existen bases filosóficas de Israel y el estado
judío, y algo así como la “Tasa de Intercambio”. Las tradiciones del judaísmo
hacen un profundo énfasis en lo sagrado de la vida y en la obligación de
rescatar al cautivo.
El Tamud (texto clave de la ley y ética judía) dice que
aquel que salva una vida debe ser considerado como si hubiera salvado a todo el
mundo.
Al menos esto fue lo que dijo el primer ministro Benjamin
Netanyahu para explicarle a la nación el motivo por el cual decidió cerrar el
acuerdo para liberar a Gilad Shalit, que así se llama el afortunado.
Pero ésta no es la primera vez que ocurre algo como esto.
Existen más precedentes: En 1985, cuando
Israel liberó a 1150 prisioneros a cambio de tres soldados de la IDF (Fuerzas de
Defensa Israelíes).
En 2008 ocurrió algo similar. La diferencia es que cobra
especial importancia la valía de un muerto a cambio de 400 vivos.
En resumen, Israel ha liberado unos 7 mil presos a cambio de
19 israelíes y los cuerpos de otros 8 en 30 años.
“Tenemos
que demostrar a los que pelean por nuestro país, que la comunidad hará todo lo
posible por devolverles a casa, vivos o muertos” --> Dice el ex agente Mosad Rami
Igra.
Los estados suelen decir que no negocian con terroristas, pero hoy
tenemos una prueba más de que no es cierto. Hace once años Netanyahu intentó
matar a Khalid Meshal, líder de Hamás. Estos días negociaba con él la libertad
de Shalit y los mil presos.
Por eso niños, en el capítulo de hoy de Barrio
Sésamo, vamos a aprender a VER, OIR Y PENSAR todo lo que nos cuenten.